...Yo seguiré con mi penar impío,
mientras que gozas envidiable calma;
tú me dejas la duda y el vacío,
y yo, en cambio, mujer, te dejo el alma.
Porque eterno será mi amor profundo,
que en ti pienso constante y desgraciado,
como piensa en la vida el moribundo,
como piensa en la gloria el condenado.
Antonio Plaza
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