Tan fácil que es ver soluciones ante los ajenos, pero cuando se trata de uno mismo, todo está de cabeza, eso... más un montón de sentimientos y malos hábitos encima, como una montaña de ropa sucia.
Imposible no es, eso lo sabemos, sino no seguiríamos intentándolo ¿cierto?
Se detecta el problema, se tiene la actitud, se hace un plan...
1 día, 2 días, una semana, dos... de pronto la idea inicial de cambio se cubrió por otra montaña de ropa..
- ¡UN ALUD! ¡AUXILIO!
Se nos olvida y lo recordamos cuando vuelve a ocurrir, cuando alguien sale nuevamente lastimado, cuando no se alcanza lo que se quería, cuando reconocemos de nuevo la piedra, la tierra, el mismo paisaje visto desde abajo, la misma montaña de ropa puesta frente a nosotros.
En ocasiones es necesaria una ayuda ajena, supongo que para llegar a eso o los de alrededor se dan cuenta porque el problema es muy serio o simplemente te hartas de caer y caer.
Quien escribe puede definirse como una persona experta en soluciones a problemas ajenos, que ha logrado ponerse en toda clase de zapatos para luego darles cuerda y que sigan caminando, no lo presumo, simplemente lo he visto, los he visto andar y no digo que sea obra mía, al contrario simplemente soy un instrumento y lo agradezco, mucho... pero cuando se trata de andar sobre mis zapatos... a veces ni si quiera sé si los tengo bien puestos o al revés. Soy una persona reflexiva, en ocasiones demasiado, cuestionando cada paso, autoevaluándolo... suena como si ese fuera un buen plan, pero no siempre funciona, de mochila cargo una bolsa REPLETA de emociones y sentimientos. Su peso varía, a veces liviana, a veces tan pesada que me bota y mientras lo hace me da vueltas y vueltas y vueltas... no es tan agradable.
Ahora trabajo en un proyecto: "Mi estabilidad emocional", el plan es mantener la mochila en un peso equilibrado, en donde yo avance y si se pone pesada logre descargarla y no dejar que me haga caer. Tengo alguien que me ayuda :) confío en Él (Dios), estoy segura que las veces que he caído han sido porque cierro mis ojos y dejo de verlo, de ver su mano dándome auxilio. También sé que hay muchas otras personas que son su instrumento y que están ahí para ayudarme, en ocasiones soy muy orgullosa he de decir y quiero tener un control completo por mí misma... hoy admito que soy débil en algunas cosas y debo ser humilde para reconocer que necesito ayuda.
Siempre...siempre hay un motor, un motor que nos impulsa y que nos da fuerza, solo es cuestión de ubicarlo y confiar...la confianza es indispensable, así como la confianza en uno mismo, debemos de saber que somos capaces, ¡íjole! DE TANTO que ni idea tenemos, pero sin dejarnos ir en sueños hay que comenzar en algo y seguir por ese camino para hacerlo.
El primer paso es reconocer el problema ¿cierto? Lo tengo, tengo defectos pero quiero mejorar, espero tener mucha vida por delante para ser mejor y algún día llegar a muchas personas y ayudarlos esencialmente con mi ejemplo.
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